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Guerra y economía

  • Publicado el 13 de Marzo de 2023

Tras un año de guerra en Ucrania no hay duda de que el impacto económico a nivel global ha sido inmenso. Un ejemplo son los precios del gas en Europa que multiplican por cuatro a los de antes de la guerra. La subida de los precios de la energía también ha aumentado los costes de producción de los alimentos agravando la escasez de oferta.

Según Crédito y Caución, si la guerra se prolonga, la economía mundial seguirá viéndose sacudida por sus consecuencias directas e indirectas, pero Europa será la más afectada. Las previsiones actuales sugieren que el crecimiento del PIB de la zona euro aumentará un modesto 0,4% en 2023, frente al 2,7% previsto antes de la guerra. Al mismo tiempo, la inflación en la región duplicó su tasa en 2022 frente a las previsiones previas. Aunque este año la inflación se suavizará, se prevé que los precios sigan subiendo casi un 5%.

Según el informe de invierno de la Unión Europea, España capeó relativamente bien los choques negativos desatados por la guerra, pero la economía de la UE sigue estando plagada de desafíos. El endurecimiento monetario continuará ejerciendo un lastre sobre la inversión, la debilidad del consumo persistirá en el corto plazo y se espera que el entorno exterior siga proporcionando poco apoyo a la economía de la UE.

Los factores que pueden influir negativamente en la producción en el futuro son el impacto del prolongado endurecimiento de las condiciones financieras en la situación financiera de los hogares y las empresas, y el debilitamiento de la dinámica del mercado laboral. De momento para contrarrestar estos problemas los países pueden recurrir a una política fiscal laxa gracias a la suspensión temporal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que pone límites a la deuda y el déficit, pero estas reglas volverán a aplicarse en 2024.

Rosa Arza

Editora Imprempés
rosa.arza@imprempres.com

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