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Las etiquetas, un ingenio técnico complejo

  • Publicado el 08 de Septiembre de 2014

Producir una etiqueta no consiste solo en imprimirla. Abarca una cadena de valor compleja que engloba el material por imprimir y las máquinas que sirven para aplicarlo, sean cuáles sean. “La batalla de las tecnologías de decoración” fue el título de la mesa redonda de proveedores que se reunieron en el congreso anual de la asociación internacional de la industria del etiquetado FINAT para debatir los retos y las oportunidades del sector. El encuentro generó aportaciones valiosas que acercan a los usuarios finales –las marcas– a sus proveedores de etiquetas, impresores incluidos.

La mesa redonda la conformaron profesionales de distintos ámbitos de la cadena de suministro del etiquetado: Stefan Richter (Alemania), de Krones, fabricante líder de equipos de procesamiento, llenado y embalado –incluidos varios sistemas de aplicación de etiquetas–; Geert-Jan Kolkhuis Tanke (Holanda), de Avery Dennison, proveedor internacional líder de papeles y films para etiquetas, sobre todo etiquetas autoadhesivas; y Raul Matos (EE.UU.), fundador de Karlville Development LLC, proveedor líder de equipos de manipulado y aplicación de etiquetas retráctiles, así como de manipulado de bolsas tipo “pouch”.

La posibilidad de dialogar con los ponentes tuvo una acogida muy buena entre los asistentes, quienes pudieron enviar sus preguntas previamente al moderador Marc Büttgenbach, director comercial internacional de etiquetas y consumibles de Bizerba, proveedores de una gama amplia de equipos y aplicaciones informáticas, sobre todo para el sector alimentario.

¿Qué tecnología usamos?

“¿Por qué una marca elige una determinada tecnología de etiquetado?”, planteó Marc Büttgenbach. En el caso de las etiquetas retráctiles, Raul Matos contestó que la razón estriba en la “capacidad de etiquetar distintas formas y tamaños de envase. Con las botellas pequeñas, las etiquetas retráctiles son viables económicamente”. Según Geert-Jan Kolkhuis Tanke, de Avery Dennison, el motivo de que las marcas escojan las etiquetas autoadhesivas es “la enorme variedad de materiales y productos disponibles, que permite ajustarse a cualquier presupuesto, así como la capacidad de adaptarse a las innovaciones”.

De hecho, los integrantes de la mesa redonda coincidieron en afirmar que estamos en un sector multitecnológico, en el que los materiales sirven para impresoras tantos tradicionales como digitales. “Krones fabrica máquinas de etiquetado multitecnológicas”, dijo Stefan Richter a propósito de las tendencias actuales. “Si bien las etiquetas que se encolan en frío están retrocediendo, solo es posible conseguir el ‘aspecto invisible’ con las etiquetas autoadhesivas.”


Marc Büttgenbach (D) Bizerba, moderador; Stefan Richter (D) Krones; Geert-Jan Kolkhuis Tanke (NL) Avery Dennison; Raul Matos (USA) Karville

Cambio constante de los requisitos

Hoy en día, las etiquetas deben adaptarse a cambios constantes. No solo en respuesta a las necesidades publicitarias y de márqueting de las marcas –como los códigos QR, por ejemplo–, sino también a causa de las exigencias legislativas, que obligan a añadir más contenido a las etiquetas. Así, es necesario que las etiquetas tengan más espacio, es decir, que sean más grandes, lo que supone todo un desafío tanto para las marcas como para la cadena de suministro de etiquetas. En este sentido, Geert-Jan Kolkhuis Tanke habló del valor de las etiquetas tipo folleto, que describió como “etiquetas aplicadas sobre etiquetas” y que han tenido mucho éxito en el ámbito del etiquetado autoadhesivo, sobre todo en productos farmacéuticos, durante numerosos años ya.

Raul Matos, de Karlville, también señaló que la necesidad de incluir más contenido en las etiquetas también es un tema importante que afecta a las características propias de la producción de etiquetas retráctiles. “Los códigos QR, por ejemplo, deben colocarse en una zona en la que el material se encoja poco”, dijo para subrayar la importancia de que la cadena de suministro entera –del diseñador en adelante– tenga estos aspectos en cuenta a la hora de producir una etiqueta retráctil.

Seguridad y funciones de datos “inteligentes”

Kolhuis Tanke apuntó que los códigos de barras y otros datos “inteligentes” impresos también tienen una función en la autenticación y el seguimiento de los productos, que son solo una de las posibilidades de crear capas de seguridad visibles e invisibles dentro y encima de las etiquetas autoadhesivas. Las etiquetas RFID son, por supuesto, un buen ejemplo de este tipo de aplicaciones, aunque, como apuntó Raul Matos, hoy en día “son interesantes principalmente como dispositivos de seguridad de productos de gama alta”.

Los integrantes de la mesa redonda también coincidieron en señalar el impulso de una tecnología emergente: el etiquetado sin papel protector, que ya tiene una presencia notable en los alimentos preenvasados. Otro tema destacado fue la impresión de envases flexibles, que supone una oportunidad de negocio para las empresas de manipulado de etiquetas. Según Matos, “nuestro sector solo tiene una cuota pequeña de este mercado, pero podría ser mucho mayor”. Matos recordó a los asistentes que, dentro del packaging, existen dos negocios diferentes pero complementarios: los envases primarios y secundarios, que los fabricantes de etiquetas podrían compaginar. Aunque añadió al respecto: “Para eso, la industria necesita un cambio de mentalidad: adoptar el envasado flexible como un segmento totalmente complementario”.

Matos puso un buen ejemplo de tecnología que hace posible combinar ambos mercados: la última prensa digital HP Indigo para bobinas tanto de papel como de film de hasta 750 mm de ancho, que permite imprimir envases flexibles.

Precio frente a sostenibilidad

El moderador dirigió posteriormente la conversación hacia un tema relevante para los miembros de FINAT: la cuestión del “precio frente a la sostenibilidad”. Según Kolkhuis Tanke, de Avery Dennison, conviene establecer una definición clara de “sostenibilidad”, ya que “esta también tiene que ver con la eficacia de la cadena de producción y con el coste total de propiedad; lo que nos lleva a plantearnos lo siguiente: ¿la sostenibilidad puede proporcionar ahorro?”.

Matos, de Karlville Development, amplió el debate para incluir las etiquetas retráctiles, que, en algunos círculos ecologistas no se considera una tecnología sostenible. Matos recalcó que “las nuevas tecnologías sí permiten separar los materiales en el reciclaje de plásticos de PET”. Añadió que cree que “las etiquetas retráctiles seguirá expandiéndose a medida que los envases cambien: los rellenados, las bolsas “pouch” con cierre, etc. son el tipo de cosas que marcarán el punto de inflexión”.

“En materia de sostenibilidad, también hay que tener en cuenta la tendencia a usar materiales más finos”, señaló Stefan Richter, en referencia a un factor que afecta decisivamente a las tecnologías que ofrece Krones. Pero “eso requiere más habilidad en la aplicación, e implica la necesidad de materiales de etiquetado de calidad, aunque el uso de materiales más finos sea una cuestión de precio”.

¿Amenazas?

Existen dos técnicas de decoración de productos que, en efecto, suponen una amenaza para la industria del etiquetado y que están relacionadas con el avance de las tecnologías digitales. “Con todas las tecnologías que tenemos a nuestro alcance, todavía no podemos decorar una superficie tridimensional”, afirmó Stefan Richter, de Krones. En primer lugar, la impresión en 3D y, en segundo, la impresión directa sobre el envase, dos métodos que eliminan la necesidad de una etiqueta adicional, tal y como lo indicó Raul Matos, experto en etiquetas retráctiles.

¿El futuro?

Según Richter, en Krones, se observa una tendencia cada vez mayor entre las marcas a usar una combinación de tecnologías de etiquetaje. “De hecho, el etiquetado y el envasado se fusionan cada vez más”, añadió el moderador Marc Büttgenbach. “¿Qué panorama tendremos de aquí a cinco, diez años?”, preguntó a la mesa después.

Para Kolkhuis Tanke y Avery Dennison, en el mercado habrá “más productos autoadhesivos, más eficacia, una aplicación más rápida de las etiquetas y avances importantes en materia de etiquetas ‘inteligentes’ y comunicación de campo cercano (NFC), que no solo afectarán a los hábitos del consumidor, sino también, y en gran medida, a la funcionalidad de las etiquetas”. Para Raul Matos, a medio plazo se conseguirá la automatización completa de la aplicación de etiquetas retráctiles a medida que el mercado madure, y el envasado flexible ganará cuota de mercado, sobre todo las bolsas tipo “pouch”. Pase lo que pase, las máquinas aplicadoras de etiquetas tendrán un papel preponderante, según Stefan Richter, de Krones. “El sistema de aplicación será más abierto y flexible. No obstante, los proveedores de material deberían implicar antes a los fabricantes de equipos de aplicación en sus innovaciones para que nosotros podamos hacer el cambio de manera más sencilla.”

La última pregunta del moderador fue si habrá una tecnología que se imponga a las demás. Los ponentes coincidieron en que hay espacio para todos. “Todos formaremos parte de un sector en crecimiento”, dijo Richter.  FINAT fomenta de manera activa la incorporación de nuevas tecnologías entre los impresores de etiquetas. Las cuestiones planteadas por los asistentes a esta mesa redonda demuestran que los miembros de la asociación también apuestan por una definición más amplia de “etiqueta”.

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